1. Nietzsche. La voluntad de poder
Heidegger reconstruye la metafísica de Nietzsche a partir de la obra fragmentaria de éste. (En las referencias a bibliografía, "fragmentos" se refiere a la obra inédita del propio Nietzsche)
Los temas centrales son: La voluntad de poder, el Superhombre, el Nihilismo, el eterno retorno de lo mismo y la transposición de valores.
Voluntad de poder no significa querer ejercer la violencia (Heidegger: Nietzsche pág. 730); se orienta hacia el conocimiento de uno mismo, la esencia íntima del ser. Voluntad es aspirar, y poder es capacidad. Ambos conceptos representan dos aspectos del ser. Lo que la voluntad quiere es desarrollar el ser en el devenir del tiempo de cada individuo. La capacidad, poder o aspirar, reside en cada sujeto o ente. Esta es la búsqueda que caracteriza al superhombre.
"Todo ser (como individuo) es para Nietzsche un devenir... que es la acción y la actividad del querer. La voluntad en esencia es voluntad de poder". (Heidegger: Nietzsche pag.20)
Semejante al Uno-Bien de Plotino, en el que Bien representa a todos los bienes que existen como seres; es decir, que se hallan en el devenir de las cosas. Ahora vemos que los bienes son apetecidos y valorados primero, y deseados y queridos después. La fuerza que nos impulsa a querer alcanzarlos se convierte en el concepto metafísico, no físico, de Voluntad.
Así, la voluntad de poder incluye los conceptos de ser y de devenir. El ser en sentido griego, viene representado como poder, fuerza y capacidad; mientras que "voluntad" refleja la tendencia que observamos en la naturaleza de crear organismos más complejos. A nivel humano es el afán de superación, de querer mejorar en todo. Por tanto, "la mayor representación del ser es la vida". (Nietzsche: La voluntad de poder en 483 fragmentos. Fragm.582)
Voluntad no debe confundirse con deseo o capricho. Es una fuerza eterna que se desarrolla en ciclos y cuya aspiración es dar vida. "Todo lo que vive es por la voluntad de poder. Tener y querer ser más es el crecimiento, la vida misma." (Fragm. 125). "Del ser no tenemos de él otra representación que vivir. ¿Cómo puede ser entonces algo muerto?" (Frag. 582).
Esta es la relación entre los conceptos de poder y voluntad; "Imprimir al devenir el carácter del ser, esa es la suprema voluntad de poder". (Voluntad de poder n. 617)
En realidad, se trata de la huella del ser buscado por los verdaderos filósofos. Aquello que permanece connatural a la naturaleza como condición imprescindible. No solo la fuerza de vida, sino el instinto de supervivencia y, aún más, el perfeccionamiento y búsqueda de plenitud que nos remueve como especie.
"El poder es poder mientras siga siendo acrecentamiento de poder. El mero detener ese acrecentamiento marca el comienzo de la impotencia" (Heidegger: Nietzsche pág. 732)
Y en esa búsqueda de lo permanente por encima de la verdad se alza la vida. "La verdad es la especie de error sin la cual una determinada especie de seres vivos no podría vivir. El valor de la vida decide en última instancia" (Voluntad de poder. n. 493)
¿Qué relación guarda la voluntad de poder con el eterno retorno de lo mismo?
Pasado y futuro son representaciones del tiempo vivido a modo de grabación o de proyección. Solo existe realmente el presente. La voluntad de poder, por tanto, solo puede actuar en el tiempo presente. Como ese presente se repite de continuo eternamente podemos hablar de un eterno retorno, pero no de los mismos fenómenos sino de "lo mismo". Lo que permanece pues, es dicho retorno, es decir, la voluntad de poder, que actúa una y otra vez en el presente a lo largo de su eternidad. Esto equivaldría a "lo mismo". Pues, si se repitieran de continuo todas las cosas de forma exacta, no existirían variaciones naturales ni diversidad de seres.
El eterno retorno permite el desarrollo del ser en los entes (personas) y convierte en eterno el devenir.